martes, 30 de septiembre de 2014

La última creación de Patrick Lefevere

Patrick Lefevere tiene un don, el de descubrir ciclistas, pero más en particular en descubrir ciclistas para las clásicas, esas pruebas que para algunos son pruebas sin sustancia y sin embargo para otros son pruebas míticas.

Atrás quedan productos añejos pero con sabor a nuevo como el aquel León de Flandes Johan Museeuw que gobernaba con mano de hierro por los adoquines de Robaiux y su ejército Mapei que arrasaba cada vez que el Velódromo de Flandes se veía por el horizonte.

Su último producto tiene un apellido impronunciable, es polaco y se acaba de proclamar campeón del mundo en ruta en Ponferrada. Michael Kwiatkowski es su última creación. Desde su fichaje en 2012, sabía lo que podría tener entre manos, y de momento no ha errado el tiro.

Lo fichó del RadioShack, el equipo que comanda se fusionaba con el Omega Pharma, la crisis hizo que el Quick Step buscara aliados, para después de unos años dubitativos intentar volver a la senda del triunfo. Fichaba a un joven que había destacado en amateurs, pero que era posible que con el salto a profesionales, esas expectativas quedaran en papel mojado. Su primer año en el conjunto belga fue como Lefevere había pensado, adaptándose a las necesidades del plantel pero sabiendo de su potencial, su brutal Tour de Francia, en el que dejó asombrados a todos, menos a su mentor. Una undécima plaza era su carta de presentación al mundo.

El año siguiente sería el de su consagración, una etapa en Mallorca, la Vuelta al Algarve y la Strade Bianchi, su carrera más importante hasta el momento, pero lo mejor estaba por llegar, las carreras para las que el Quick Step esta hecho son la primavera y Kwiatkowski no se achantó, en las clásicas de las Ardenas fue quinto en la Amstel y tercero en Valona y Lieja. Lefevere se frotaba las manos.
Su Tour en contra no fue muy bueno, pero a su director le daba un poco igual, sabía que era una guerra perdida, por mucho que el polaco quisiera estar para la general.

Obvió la Vuelta para preparar bien el Mundial, concentrarse en altura en Livigno y aparecer en el Tour de Gran Bretaña donde fue segundo tras ganar una etapa. Ahora queda la duda de quien se impondrá a quién, si el polaco y sus ansias por luchar por una Vuelta grande, que seguro que la tiene en sus piernas o las ansias de su director de volver a comandar con mano de hierro las clásicas de primavera, como en los viejos tiempos. Si yo fuera OmegaPharma-Quick Step o Lefevere lo blindaría y le miraría a los ojos: Olvídate de la general del Tour. Sé enorme

 Fuente de la foto: vavel.com