Cuentan que cuando Oscar Freire se dirigió al Rabonbank para decirle que quería seguir corriendo otro año mas, los directores y demás personal encabezados por Breukink le dijeron que no contaban con el, que ya habían planificado la temporada sin así que, sintiéndolo mucho, se tenia que buscar la vida, esa vida que a veces da segundas oportunidades e incluso revanchas.
Dicen que cuando Breukink se entero de que había firmado por el Katusha, sabia cual era el objetivo de Freire, la Amstel Gold Race y la Milán San Remo estaba señaladas en rojo, fue cuando su ex director se jactaba de decir, sabiendo del potencial de Freire, “que gane todas las carreras si quiere, pero la Amstel no, por favor” sabiendo que para el Rabobank esta carrera puede ser de las mas importantes del calendario por vínculos emocionales y deportivos.
Ya en el Katusha, Freire ha encontrado el equilibrio, parece que no pasan los años para el, este año esta siendo muy bueno, aunque no ha ganado mucho, Town Under y Andalucia, pero sobre todo por lo que no ha ganado es por lo que este año esta sobresaliendo, su podium en la Fleche Brabançone y por su gran Amstel Gold Race.
Y en esta prueba puso a prueba el estado de nervios de mucha gente, cuando ataco, todo parecía indicar que se llevaria el gato al agua, pero lastima, el ciclismo ese deporte que no es una ciencia exacta, que esta repletos de perdedores, le sobro una cuesta, un muro, pero esa imagen de profesional a sus 36 primaveras fue fundamental, este año esta siendo de los mejores de Freire.
En su recién estrenado equipo esta encontrando la felicidad o por lo menos la tranquilidad que otros años, si tenia no lo demostraba, lo mejor de todo para el que quedan los Juegos Olimpicos en un circuito “made in Freire” y que puede que sea, esta vez si, su ultimo mundial.
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