Amante como pocos de los finales explosivos, Valdepeñas de Jaén, Montelupone, y desde ayer Huy. Ese ciclista que emigro en el momento justo de su carrera para ser líder, planificar a su antojo su calendario y no en función de otros y sobre todo y los mas importante, disfrutar de las ventajas de tener un equipo trabajando para el, eso para lo que buscaba Joaquin Rodriguez al Katusha.
Y ayer lo volvió a demostrar, que era capaz, atrás quedan sus intentos en los o arrancaba antes de tiempo o le pasaba otro que estuviera mejor.
Atrás quedan esos comienzos en el mítico Iberdrola cuna de grandes, su osadía quedo demostrada el día que entrenaba en la ONCE y en un entrenamiento de montaña, adelantaba a Jalabert como si se estuviera fumando un puro, después se iría a buscarse las lentejas al Saunier y después al Caisse d'espangne, allí fue donde se fraguo su buen hacer como escudero de lujo para Valverde, pero que en realidad estaba cansado de preparar alguna que otra clásica y casi siempre el Giro y no el Tour, el quería cosas mas grandes.
Por ese motivo emigro al Katusha, allí le dieron lo que quería, libertad y equipo, ahora después de varios intentos lo ha conseguido, por fin, después de muchos intentos, se ha consagrado en un lugar mítico para el ciclismo, el muro de Huy, ayer se confirmo lo que siempre buscaba, grabar su nombre en el palmares de las clásicas que tanto quiere."Siempre he sido un enamorado de las clásicas. Esta es mi victoria más bonita. Es el día más feliz de mi vida” queda claro Purito.
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