Si algo ha quedado claro en la Vuelta 2012, es el alto nivel de los ciclistas españoles en competición. Todos los días daban guerra, pues estaban en casi la mayor parte de las escapadas.
Equipos pequeños como el Caja Rural o el Andalucía han rendido muy bien y han demostrado que tienen espacio para seguir en la élite, lo único realmente lamentable es el absurdo método de puntos de la UCI que hipoteca muchos planes de futuro, ahí el caso del Euskaltel que tienen que fichar corredores extranjeros con puntos para poder seguir en la primera división del ciclismo.
También hay que destacar la buena organización de la Vuelta, personas como Abraham Olano o sobre todo Javier Guillen que en los últimos años ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en la Vuelta que estaba en los últimos años algo desfasada y era muy poco atractiva para los corredores. Grandes descubrimientos como Valdepeñas de Jaén o el Cuitu Negru.
También ha servido para descubrir nuevos jóvenes valores del ciclismo del futuro, como Mollema, Froome, Níbali, Madrazo, Rafa Valls o Talansky, por eso algunos equipos tratan a la Vuelta como una especie de laboratorio para ver el alcance de futuros corredores con muchas expectativas.
Otro factor más importante quizás que los anteriores es el público, en los dos últimos años hemos podido ver arcenes repletos de gente, puertos con mucha afluencia de público para apoyar a los ciclistas en las subidas, en definitiva que otra vez esta de regreso ese sentimiento ciclista que España nunca parece haber abandonado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario