En su pagina web explica como empezó todo...“Allí empezó todo, y cuando digo todo me refiero también a mi encanto hacia el pavé ¿Extraño, no? Mi casa estaba situada en el número 248 de la adoquinada calle Lebensohn y cada vez que salía o llegaba con mi bicicleta fuese para entrenar o transportarme debía recorrer un buen tramo de esas piedras. Además, la habitación en la que dormíamos mi hermana Emilia y yo daba a dicha calle y mi cama, evidentemente, era la que estaba junto a la ventana, de esta manera podía sentir el característico ruido de los coches al pasar, podía sentir el adoquín incluso mientras dormía, incluso en mis mejores sueños”.
Este bravo corredor nacido en Argentina, pero que desde los 11 años, vive en España, siempre ha vivido por y para las clásicas de primavera y en especial para el adoquin. Pero este año todo empezó de cara porque después de cambiar de aires y ver que en su nuevo equipo el Sky le daban los galones para que trabajasen para el en las clásicas, el no fallo y a la primera que tuvo, gano, y no fue una cualquiera, sino la antigua Het Volk, una carrera con solera que todos los clasicomanos tienen.
Pero su hambre no acabo aquí, el declaro poco después, que su objetivo eran otros, Flandes y Roubaix. En Flandes no rindió bien, pero en su carrera favorita, rindió al máximo, tanto es así que acabo en tercera posición.
Hay que decir, que en Roubaix la actitud de Husvord me pareció un poco fea porque Flecha estuvo tirando durante toda los últimos kilómetros sin hacerle ni un relevo y luego le disputo la segunda plaza. Pero bueno, ahí quedan su gran año en Bélgica. Luego en el Tour, estuvo un día escapado pero sus carreras se habían agotado, mas tarde en la Vuelta se tuvo que retirar por un virus que afecto de manera trágica a uno de sus masajistas, y poco después todo su equipo, espero que este año que empieza nos pueda dar la alegría de ganar en Roubaix, porque le va quedando poco.
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