Hoy no es un día cualquiera, es el día después, el que uno se levanta después del golpe, es quizás mas duro que ayer, hoy no todo es como ayer, algo ha cambiado. Todos sentían la perdida, el vacío, el cariño por Weyland era evidente, la carrera giraba en torno al belga, en su honor.
No había música, ni presentación, todo era melancólico, con un mismo motivo, ademas otro corredor se ha unido al dolor, el gran sprinter Tyler Farrar, porque era su compañero de entrenamientos, ese tipo de personas, son los mas importantes para los corredores, son su otra mitad, saben la constancia, el trabajo y la dificultad del profesional. Tyler estaba destrozado, su “hermano” se ha ido, pero mas duro sera ir a entrenar por esas carreteras de Gante.
Hoy nadie quería competir, por eso la etapa ha sido neutralizada, un gran gesto por todos, que ha venido de los propios ciclistas. Había que sacar fuerzas de donde fuera para poder rodar todos juntos, pero el gesto mas emotivo de todos fue que todos los que esperaban a los corredores en la meta llevaban el dorsal 108.
La tarde ha acabado como empezó, como habían anunciado sus organizadores, con el luto sobrevolando a pelotón y aficionados. Ciao Wouter, rezaba una pancarta sostenida por una joven en la subida al Castellaccio
Todos sin competir, mañana su equipo abandona, "Los ciclistas del equipo Leopard-Trek desean comunicar que abandonaran el Giro de Italia esta misma noche (por el martes) después del trágico accidente de su compañero y amigo Wouter Weylandt”.
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