Este año ha despegado, algunos le esperábamos desde hace tiempo, pero su Giro y su gran Vuelta, ese maldito virus le hizo abandonar, le han valido para proclamar a los cuatro vientos que si vale para esto de dar pedales.
Su historia es de ese tipo de personas que le han tocado sufrir, por equipos de segunda división hasta que Eusebio Unzue se acordó de él, necesitaba gente buena, de calidad y con alma de gregario para su nuevo equipo. Él no lo dudo.
Es un tipo que está en el ciclismo por convicción y por ese regalo de Reyes, una bicicleta de carreras para que probara con la ruta después de haber probado con el cross. Primero en la Peña Ciclista Chaparro, luego el Alcosto y por ultimo Villa Magna-Burgos, su primer contrato de profesional, humilde pero en la elite.
En esta segunda división del ciclismo, las dudas siempre están ahí, continuaremos en el equipo o se disolverá, él contesta a base de resultados, una etapa del Tour del Porvenir, tercero en Urkiola, podio en la Vuelta a Castilla y León, esto le valió para irse a Italia, subió un escalón, ficho por el Carmiooro, ahí llegaron más resultados, conquisto la Morcuera y la Vuelta a Madrid, daba golpes en la mesa, pero nadie se fijaba en él.
Hasta que Unzue llamo a su puerta, con 27 años llegaba a la elite, algo que había estado soñando desde que empezó en Membrilla a dar pedales. Su Giro fue increíblemente bueno pero su Vuelta fue mejor, compartió liderato del equipo con Bruseghin, el top 10 estaba en su mente, lástima que un virus le dejaba fuera de juego, pero su año ha sido muy bueno, una carta de presentación para todos aquellos equipos que le han dejado escapar.
Ahora con un líder sólido para el que trabajar, puede dar muchas alegrías al Movistar y a todos los aficionados españoles.
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