Cadel Evans por fin esta contento, ha ganado una carrera importante con gente de nivel y no le ha sonreído la mala suerte, es mas, por una vez ni se ha caído, ni ha pinchado, todo ha sido bueno. A pesar de sus 34 años, el nivel mostrado en esta Tirreno, ha sido muy bueno, su preparación para el Giro esta cada vez mejor y puede ser un corredor a tener en cuenta en la victoria final.
La carrera como siempre fue difícil, el nivel cada año es mas alto y teniendo en cuenta, que los corredores italianos son muy competitivos en carreras de su país, ya podíamos aprender algunos.
Había buenos corredores, como Basso, Gesink, Cancellara pero la primera parte del australiano siempre da que hablar.
Estaban Ballan, Nocentini y Pozzato. Estaba Marzio Bruseghin, el chico que quiere abandonar el ciclismo para ser granjero. Estaban todos, los mejores italianos con el objetivo de la victoria entre ceja y ceja pero al final. Querían dar espectáculo por esos finales 'made in Italy'. Los de las rampas interminables, los de las calles estrechas, empedradas, en cualquier pueblo perdido del país transalpino, que invitan al ataque. Querían ofrecer el mejor aperitivo posible de ese Giro. Y lo han dado, pero al final, un australiano los ha dejado sin victoria, pero han luchado como jabatos para conseguir brillar en sus carreras.
Gracias al trabajo de Hincapie y Ballan, pero sobre todo a lo bien que ha llevado su equipo las etapas, ha podido conseguir la victoria, pero sobre todo ganar una etapa con el maillot de líder que hace todavía mas redonda su gesta. Ha comentado que el trabajo de invierno de este año es diferente al de otros porque desde el Centro Mapei se lo han diseñado de otra forma y parece que esta dando sus frutos.
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